En tanto que las dinámicas de nuestra era digital se vuelven más y más complejas, las organizaciones se van dando cuenta de que la ciberseguridad no solo es un desafío técnico, sino un pilar fundamental tanto para sus estrategias operativas como para su capacidad de sobrevivir. Este giro es reflejo de una mayor comprensión entre los líderes del sector de que las medidas de ciberseguridad son indispensables para proteger la integridad de los datos, las ventajas competitivas y la confianza de las partes interesadas en una época signada por implacables ciberataques.

La formación en ciberseguridad empieza aquí

Iniciar una prueba gratuita

La prueba gratuita funciona de la siguiente manera:

  • Reúnase con nuestros expertos en ciberseguridad para evaluar su entorno e identificar su exposición a riesgos.
  • En un plazo de 24 horas y con una configuración mínima, desplegaremos nuestras soluciones durante 30 días.
  • ¡Conozca nuestra tecnología en acción!
  • Reciba un informe que identifica sus vulnerabilidades de seguridad para ayudarle a tomar medidas inmediatas frente a ataques de ciberseguridad.

Rellene este formulario para solicitar una reunión con nuestros expertos en ciberseguridad.

Un representante de Proofpoint se comunicará con usted en breve.

¿Qué es la ciberseguridad?

La ciberseguridad define las estrategias y prácticas implementadas para proteger los ecosistemas digitales contra accesos no autorizados, manipulaciones o interrupciones. Los fundamentos de la ciberseguridad tienen como objetivo fortalecer los sistemas, redes y programas contra las incursiones cibernéticas que buscan robar datos confidenciales, retener información como “rehén” para obtener beneficios financieros o desestabilizar los marcos operativos estándar. Esta disciplina requiere de un enfoque holístico, que abarque no solo las defensas tecnológicas, sino también las medidas procedimentales y educativas, para establecer barreras sólidas en todos los puntos de contacto digitales.

La esencia de la ciberseguridad va más allá de los meros mecanismos de defensa; es un esfuerzo continuo para anticipar y mitigar las posibles vulnerabilidades en la infraestructura digital de una organización. Mediante la integración de protecciones integrales a varios niveles —incluidos los dispositivos de punto final como ordenadores y teléfonos móviles, los perímetros de red y los activos basados en la nube— la ciberseguridad procura proteger la información crítica contra el robo o los daños, al tiempo que mantiene la integridad de los servicios esenciales.

La importancia y el significado de la ciberseguridad se magnifican en el mundo interconectado actual, donde las amenazas no solo son cada vez más sofisticadas, sino también más capaces de infligir graves daños económicos y de reputación tanto a particulares como a empresas.

 

Historia de la ciberseguridad

El origen de la ciberseguridad se remonta a las primeras etapas de la informática en la década de 1940, un período que anunció el amanecer de la computación digital y, con ella, las consideraciones iniciales para proteger estos sistemas emergentes. Esta era sentó las bases de la preocupación por la protección e integridad de los datos a medida que la tecnología computacional comenzaba su marcha hacia la ubicuidad. El desarrollo histórico durante esta época no se trató solo de aprovechar la potencia informática, sino también de reconocer las vulnerabilidades potenciales inherentes al almacenamiento y procesamiento digital.

Un momento crucial en la historia de la ciberseguridad ocurrió en la década de 1970 con un acontecimiento que daría forma a su trayectoria futura: la aparición del “virus Creeper”, reconocido como uno de los primeros virus informáticos creados. Esta innovación no deseada provocó una rápida respuesta a través de “Reaper”, un programa diseñado para combatir a Creeper, que marcó nuestra incursión inaugural en los mecanismos de defensa antivirus. Estos avances pusieron de manifiesto un panorama en evolución en el que las amenazas a los sistemas informáticos comenzaron a manifestarse de forma más tangible, lo que requería medidas proactivas.

La creación y expansión de ARPANET  (Advanced Research Projects Agency Network o Red de agencias de proyectos de investigación avanzada, en español) desarrolló aún más las necesidades de ciberseguridad al conectar instituciones para compartir comunicaciones y recursos, destacando así el papel fundamental de la seguridad de la red dentro de este marco interconectado. A medida que avanzamos desde aquellos primeros días hasta el sofisticado ecosistema cibernético actual, las estrategias se han adaptado continuamente para contrarrestar las amenazas avanzadas que explotan los avances tecnológicos.

¿Por qué es tan importante la ciberseguridad?

La era digital, caracterizada por una dependencia sin precedentes de la tecnología y una red global profundamente interconectada, ha dado paso a una época en la que la información es nuestro activo más valioso y nuestra mayor vulnerabilidad. Esta dualidad subraya la importancia crítica de la ciberseguridad como guardiana de la integridad, la privacidad y la accesibilidad de los datos. Como ahora todos los aspectos de la vida personal y profesional están digitalizados, desde las transacciones bancarias hasta los datos corporativos confidenciales, las posibles consecuencias de las filtraciones cibernéticas se han intensificado drásticamente.

En los últimos años, se ha producido un inquietante aumento de la intensidad y sofisticación de los delitos cibernéticos, y los incidentes como los ataques de phishing, las incursiones de ransomware y los despliegues de malware se han vuelto alarmantemente comunes. Tan solo las fugas de datos experimentaron un asombroso aumento del 72 % entre 2021 y 2023, y cada incidente causó estragos financieros con pérdidas medias de alrededor de 4,45 millones de dólares. Estas cifras, basadas en el Informe sobre filtraciones de datos de 2023 del ITRC (Identity Thef Reslource Centre), ponen de relieve no solo el creciente impacto económico, sino que también señalan la complejidad cada vez mayor de las amenazas que pueden eludir las medidas de seguridad convencionales.

En este panorama plagado de peligros, la ciberseguridad se erige como la pieza clave para garantizar la continuidad operativa, salvaguardar la confianza de las partes interesadas y mantener una ventaja competitiva. La previsión de Statista de que los costes globales de la ciberdelincuencia podrían dispararse hasta aproximadamente 13,82 billones de dólares para 2028 es un duro recordatorio: invertir en estrategias integrales de ciberseguridad ya no es opcional, sino imprescindible para sobrevivir en el ecosistema digital actual. Por lo tanto, situada en la intersección de la necesidad y la urgencia, la ciberseguridad se erige como nuestro escudo colectivo contra un horizonte de amenazas en constante expansión.

¿Cuáles son los desafíos presentes y futuros de la ciberseguridad?

La ciberseguridad se encuentra en una encrucijada, enfrentándose a una serie de desafíos que evolucionan tan rápidamente como la tecnología que busca proteger. A continuación, se presenta un desglose de los principales obstáculos a los que se enfrentan los esfuerzos de ciberseguridad en la actualidad y que se avecinan en el horizonte:

  • Aumento de las amenazas cibernéticas: La complejidad y la frecuencia de los ciberataques están en una trayectoria ascendente, exigiendo mecanismos de defensa cada vez más sofisticados.
  • Ritmo del avance tecnológico: La rápida innovación a menudo supera los avances en seguridad, dejando a las nuevas tecnologías vulnerables a la explotación.
  • Vulnerabilidades de terceros: Una mayor dependencia de proveedores externos introduce riesgos a través de posibles debilidades en sus posturas de seguridad.
  • Escasez de personal cualificado: La brecha entre el talento disponible en ciberseguridad y la demanda sigue aumentando, lo que dificulta la capacidad de las organizaciones para montar defensas eficaces.
  • Normativas de privacidad de datos: Navegar por el laberinto de las leyes globales de protección de datos requiere una vigilancia y adaptación constantes por parte de las empresas para evitar infracciones y garantizar el cumplimiento.
  • Proliferación del ransomware: A medida que los ataques de ransomware se vuelven más frecuentes, las organizaciones deben reforzar su resiliencia contra tales amenazas y, al mismo tiempo, procurarse las capacidades necesarias para garantizar una recuperación rápida.
  • Cumplimiento normativo: Las nuevas leyes sobre divulgación de infracciones añaden capas de complejidad para las empresas que se esfuerzan por cumplir con la normativa en un panorama legal cambiante.
  • Surgimiento de la computación cuántica: Los avances previstos en la computación cuántica podrían socavar los estándares de cifrado actuales, lo que requeriría una reevaluación preventiva de las salvaguardas criptográficas.
  • Ataques a la cadena de suministro: Las cadenas de suministro cada vez más interconectadas ofrecen nuevos vectores de ataque que pueden comprometer a múltiples entidades a través de un único punto débil.
  • Aprovechamiento de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático: La creciente integración de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático en los sistemas aumenta el riesgo de que los adversarios utilicen y manipulen maliciosamente estas tecnologías.

Estas facetas ilustran la naturaleza polifacética y los desafíos dinámicos que existen dentro del panorama de la ciberseguridad. Abordar estas cuestiones exige agilidad, previsión y estrategias integrales adaptadas tanto a las demandas actuales como a las incertidumbres futuras.

Amenazas cibernéticas críticas que afectan a la ciberseguridad

No solo ha aumentado el número de fugas y filtraciones de ciberseguridad con el tiempo, sino que la diversidad de métodos de ataque se ha ampliado y evolucionado. Estos son algunos de los métodos generales de ciberataque que han evolucionado a lo largo de los años:

  • Malware: El malware, cuyo nombre es una contracción de “software malicioso”, es software que un cibercriminal ha creado para perturbar o dañar a una red de ordenadores legítima. A menudo se cuela en una red a través de un correo electrónico no solicitado o una descarga de aspecto legítimo y, una vez dentro, roba dinero o lanza ciberataques con motivaciones políticas. Los tipos de malware incluyen spyware, ransomware, adware y botnets.
  • Inyección SQL: SQL (abreviatura de Structured Query Language, o lenguaje de consulta estructurado) es un ataque diseñado para robar datos de una base de datos. Los cibercriminales explotan vulnerabilidades en aplicaciones basadas en datos para insertar código malintencionado en una base de datos.
  • Phishing: Los cibercriminales usan el “phishing” (que en inglés suena igual que “fishing”, es decir “ir de pesca” o “pescar”) para enviar a sus víctimas correos electrónicos que parecer provenir de una compañía legítima que está pidiéndoles información delicada. Los ataques de phishing se utilizan normalmente para engañar a las personas y que entreguen datos de tarjetas de crédito y otra información personal.
  • Ataques de intermediario: En estos ataques, un ciberdelincuente intercepta la comunicación entre dos personas para robar datos. Por ejemplo, en una red Wi-Fi no protegida, un atacante podría interceptar datos que vayan del dispositivo de la víctima a la red.
  • Ataque distribuido de denegación de servicio (DDoS): En un esquema DNS, los ciberdelincuentes impiden que un sistema informático cumpla con las solicitudes legítimas al saturar las redes y los servidores con tráfico. Imagine los coches en una autopista típica en hora punta conduciendo en la pista de carreras durante las 500 Millas de Indianápolis. Esto inutiliza el sistema, impidiendo que una organización realice funciones vitales.
  • Estafas Business email compromise (BEC): En las estafas BEC, el atacante finge ser alguien en quien la víctima confía. Suele empezar con una dirección de correo electrónico que parece pertenecer a la persona de confianza, normalmente un jefe, un compañero de trabajo, un proveedor o un socio comercial. A continuación, el atacante pide a la víctima que transfiera dinero, envíe un pago a una nueva cuenta, envíe información confidencial y otras cosas.
  • Compromiso de cuentas de correo electrónico (EAC): Estrechamente relacionado con el BEC, el EAC utiliza la suplantación de identidad con un giro adicional. En cierto modo, el EAC es incluso más difícil de detectar y detener que el BEC. En el BEC, el atacante intenta suplantar la cuenta de correo electrónico de una persona de confianza. En el EAC, el atacante se apodera de esa cuenta de correo electrónico de confianza. La cuenta de correo electrónico no solo luce legítima, sino que realmente lo es.
  • Fugas de datos: Las fugas de datos no solo se han vuelto más frecuentes, sino que su escala también se ha ampliado, lo que ha llevado a una exposición sin precedentes de información personal y financiera. Las repercusiones van más allá de las pérdidas financieras inmediatas y afectan a la reputación a largo plazo.
  • Vulnerabilidades en la nube: Aunque los servicios en la nube ofrecen escalabilidad y eficiencia, no son inmunes a riesgos como configuraciones erróneas o controles de acceso inadecuados que los ciberdelincuentes pueden aprovechar. Los modelos de “Shared Tenancy” (es decir, tenencia o propiedad compartida) complican aún más esta situación al permitir potencialmente a los atacantes una vía de acceso a través de sistemas vecinos.
  • Criptojacking: Consiste en el uso no autorizado de los recursos informáticos de otra persona para minar criptomonedas, lo que no solo desvía la potencia de procesamiento, sino que también genera costes energéticos adicionales para empresas o particulares desprevenidos.
  • Exposición a terceros: La ciberseguridad es tan fuerte como su eslabón más débil: los hackers a menudo atacan a socios más pequeños con medidas de seguridad menos estrictas como punto de entrada a las redes de organizaciones más grandes. Esto subraya la importancia de protocolos de seguridad integrales en todos los niveles del ecosistema de una organización.
  • Errores de configuración: Los simples errores en las configuraciones del sistema pueden abrir inadvertidamente las puertas a los ciberatacantes que buscan puntos de acceso fáciles a entornos seguros. Las auditorías y actualizaciones periódicas son esenciales para minimizar estas vulnerabilidades.
  • Ataques patrocinados por estados: Los estados-nación utilizan técnicas sofisticadas no solo para el espionaje, sino también para perturbar la infraestructura crítica de otros países, lo que suscita preocupaciones sobre la seguridad nacional y la estabilidad económica.
  • Ataques al IoT: A medida que proliferan los dispositivos conectados a Internet tanto en entornos domésticos como industriales, también lo hacen las oportunidades para que los actores malintencionados secuestren estos dispositivos, convirtiéndolos en puertas de entrada a redes más amplias o formando botnets.

La prevalencia y sofisticación de estas amenazas subrayan la carrera armamentística en curso entre los profesionales de la ciberseguridad y los ciberadversarios. A medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más digitalizado, mantenerse al tanto de estos riesgos se vuelve primordial, no solo para salvaguardar los activos, sino también para garantizar la resiliencia y confiabilidad de nuestro ecosistema digital.

Tipos de ciberseguridad

En el polifacético campo de la ciberseguridad, la protección de los activos y datos digitales requiere un enfoque por capas. Esta estrategia requiere el despliegue de varios tipos de medidas de ciberseguridad, cada una diseñada para abordar vulnerabilidades específicas dentro del panorama de amenazas.

Seguridad de aplicaciones

La seguridad de las aplicaciones se centra en mantener el software y los dispositivos libres de amenazas. Como medida proactiva, conlleva el diseñar aplicaciones seguras desde el principio, actualizarlas periódicamente para corregir vulnerabilidades y emplear herramientas como cortafuegos (firewalls) y programas antivirus para protegerse de ataques externos. El objetivo no es solo defender la aplicación, sino también garantizar su integridad a lo largo de su ciclo de vida.

Seguridad de la información

La seguridad de la información (InfoSec) tiene como objetivo proteger los datos físicos y digitales contra el acceso no autorizado, la divulgación, la alteración, la destrucción o el robo. Abarca estrategias como el cifrado, las políticas de gestión de la identidad y los mecanismos de control de acceso que ayudan a mantener la confidencialidad, al tiempo que garantizan la disponibilidad de los datos para los usuarios autorizados.

Seguridad de la infraestructura

La seguridad de la infraestructura se refiere a la protección de los sistemas críticos que sustentan las redes, lo que incluye instalaciones de hardware como servidores y centros de datos, así como servicios públicos, como redes eléctricas o sistemas de purificación de agua. Los métodos de protección implican medidas físicas, como la protección de las ubicaciones contra entradas no autorizadas, y ciberdefensas diseñadas para mitigar los ataques online dirigidos a estos componentes vitales.

Seguridad de redes

La seguridad de redes busca proteger las redes internas de intrusos mediante el control de las conexiones entrantes y salientes a través de prácticas como los sistemas de detección de intrusiones (IDS), el despliegue de firewalls (cortafuegos) o la implementación de redes privadas virtuales (VPN). Su esencia radica en crear un canal de comunicación seguro a través de la infraestructura de red de una organización, protegiéndola de actividades maliciosas y facilitando al mismo tiempo el flujo de tráfico legítimo.

Formación al usuario

Podría decirse que es una de las facetas más cruciales, pero a la vez más ignoradas. La formación al usuario hace hincapié en capacitar a las personas con conocimientos sobre los posibles riesgos cibernéticos y las mejores prácticas para evitarlos. Las sesiones periódicas de formación en materia de concienciación sobre la seguridad pueden reducir significativamente el error humano, —una de las principales causas de muchas fugas de ciberseguridad—, y fomentar una cultura en la que todos desempeñen un papel activo en el mantenimiento de la seguridad de la organización.

La integración cohesiva de estos diversos tipos de ciberseguridad constituye la columna vertebral de una estrategia de defensa eficaz contra polifacéticas amenazas online. Un marco así de completo no solo fortalece cada capa del entorno digital de una organización, sino que también inculca la adaptabilidad en respuesta a los ciberdesafíos en evolución.

Tendencias de la ciberseguridad

El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), que depende del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, es el referente en temas de ciberseguridad en España para ciudadanos y empresas. Ofrece apoyo, información, tendencias y respuesta ante incidentes de ciberseguridad. A medida que el panorama digital continúa evolucionando, también lo hacen las tendencias en ciberseguridad. Estas tendencias señalan cambios en la forma en que las organizaciones y los individuos deben abordar eficazmente sus estrategias de seguridad para protegerse contra amenazas sofisticadas. A continuación, se presentan las tendencias clave de ciberseguridad en España que subrayan estos cambios:

  • Riesgos de ciberseguridad en el teletrabajo: La adopción generalizada del teletrabajo ha puesto de manifiesto vulnerabilidades únicas en las redes domésticas, a menudo menos seguras que los entornos de oficina tradicionales. Este cambio requiere una reevaluación de los protocolos de seguridad para extender protecciones robustas al ámbito de las operaciones remotas.
  • Seguridad del Internet de las cosas (IoT): Con un número cada vez mayor de dispositivos conectados, los sistemas de IoT presentan una superficie de ataque en expansión para los ciberdelincuentes. Garantizar medidas de seguridad integrales que abarquen estos dispositivos se vuelve primordial a medida que se integran más profundamente en nuestra vida diaria y en los procesos industriales.
  • Auge del ransomware: Un aumento alarmante de incidentes de ransomware revela la creciente sofisticación en la forma en que los hackers despliegan malware cifrado para la extorsión. Las organizaciones necesitan defensas proactivas y planes de contingencia para mitigar el impacto de estos ataques con motivaciones financieras.
  • Escasez de habilidades en ciberseguridad: La brecha entre la experiencia disponible en ciberseguridad y la demanda se está ampliando, lo que pone de manifiesto la necesidad urgente de mejorar las iniciativas educativas y los programas de desarrollo profesional para cultivar una nueva generación de defensores cualificados.
  • Impacto de la IA generativa: Los avances en inteligencia artificial son armas de doble filo: si bien ofrecen herramientas innovadoras para detectar anomalías y automatizar respuestas, también otorgan a los atacantes capacidades avanzadas, lo que hace que sea fundamental mantenerse a la vanguardia a través de la innovación.
  • Ataques de phishing de siguiente nivel: Aprovechando las tecnologías de IA generativa, los esquemas de phishing se han vuelto cada vez más personalizados y convincentes, lo que requiere una mayor vigilancia por parte del usuario junto con esfuerzos continuos de educación sobre las tácticas emergentes de ingeniería social.
  • Regulación de la ciberseguridad: En respuesta a los crecientes riesgos cibernéticos que afectan a la seguridad nacional y la estabilidad económica, se ha producido un impulso concertado hacia marcos normativos más estrictos para garantizar el cumplimiento riguroso de las normas de ciberseguridad establecidas.

Las tendencias destacadas anteriormente ofrecen información sobre los posibles desafíos de seguridad y, al mismo tiempo, señalan oportunidades para mejorar las defensas.

Buenas prácticas de ciberseguridad

Para combatir la gran cantidad de amenazas cibernéticas, las organizaciones deben adoptar una serie de buenas prácticas diseñadas para fortalecer sus defensas digitales. Estas prácticas no solo ayudan a mitigar los riesgos, sino que también garantizan que una organización pueda recuperarse rápidamente de cualquier filtración.

  • Evaluaciones de seguridad periódicas: Las evaluaciones y auditorías periódicas son cruciales para descubrir posibles vulnerabilidades en los sistemas, lo que permite reforzar las medidas de seguridad de manera oportuna.
  • Implementación de controles de acceso: Al aplicar controles de acceso estrictos, las organizaciones pueden limitar eficazmente el acceso a información confidencial, garantizando que solo el personal autorizado tenga acceso en función de la necesidad.
  • Mantener el software y el hardware actualizados: Las actualizaciones periódicas de los componentes de software y hardware son vitales para protegerse contra vulnerabilidades emergentes y conocidas mediante la aplicación de parches a posibles lagunas de seguridad.
  • Utilizar soluciones seguras para compartir archivos: Optar por servicios cifrados para compartir archivos es clave para proteger los datos confidenciales durante los procesos de transmisión o intercambio.
  • Formar a los empleados: La formación continua sobre las más recientes ciberamenazas y tácticas defensivas permite a los empleados actuar como primera línea de defensa contra las incursiones cibernéticas.
  • Utilizar software antivirus y antimalware: El despliegue de soluciones antivirus y antimalware de confianza proporciona una capa básica de protección contra diversas formas de software malicioso.
  • Hacer copias de seguridad de los datos importantes: Garantizar que se realicen copias de seguridad regularmente, a través de servicios en la nube o dispositivos de almacenamiento locales, es fundamental para la recuperación de datos después de una fuga.
  • Invertir en actualizaciones de seguridad: Actualizar proactivamente los sistemas de seguridad cuando hay mejoras disponibles refuerza la capacidad de una organización para resistir los ataques.
  • Emplear un hacker de sombrero blanco (white hat): La colaboración con hackers éticos ofrece información sobre las debilidades existentes, lo que permite un fortalecimiento preventivo antes de la explotación por parte de personas malintencionadas.
  • Mantenerse informado sobre las tendencias de ciberseguridad: Mantenerse al tanto de la evolución de las amenazas cibernéticas permite realizar ajustes dinámicos en los protocolos de seguridad, junto con esfuerzos constantes de capacitación del personal.

Adherirse a estas buenas prácticas de ciberseguridad dota a las organizaciones de un sólido conjunto de herramientas para defenderse y mitigar las amenazas cibernéticas, al tiempo que mejora su resiliencia a lo largo del tiempo. Mediante la cuidadosa implementación y el perfeccionamiento continuo de estas estrategias, las organizaciones pueden establecer marcos de seguridad integrales.

Cómo puede ayudar Proofpoint

Proofpoint se ha convertido en un líder mundial en ciberseguridad, reconocido por su enfoque holístico para abordar los desafíos multifacéticos de la seguridad digital. Con su completo conjunto de programas de certificación, que van desde “Especialista certificado en ransomware” hasta “Especialista certificado en prevención de pérdida de datos (DLP)”, Proofpoint está a la vanguardia a la hora de dotar a los profesionales de conocimientos de vanguardia en dominios críticos de ciberseguridad.

Lo que diferencia a Proofpoint no es solo su amplia oferta educativa y sus soluciones de ciberseguridad, sino también su enfoque de ciberdefensa centrado en las personas. Al priorizar el elemento humano en los marcos de seguridad, Proofpoint reconoce que la tecnología por sí sola no puede frustrar las amenazas. En cambio, son las acciones informadas de las personas las que a menudo marcan la diferencia entre la seguridad y la vulnerabilidad.

Al promover activamente la capacitación junto con soluciones innovadoras adaptadas para abordar diversos aspectos de la protección digital, Proofpoint encarna el escalón superior de un sector dedicado a fomentar un ciberespacio más seguro. Las organizaciones que buscan medidas proactivas contra sofisticadas amenazas cibernéticas encontrarán en Proofpoint un socio comprometido con el empoderamiento de sus equipos, no solo a través de herramientas avanzadas, sino también mediante el cultivo de conocimientos más profundos sobre la protección contra los peligros digitales en evolución. Si desea más información, póngase en contacto con Proofpoint.

¿Listo para probar Proofpoint?

Empiece con una versión de evaluación gratuita de Proofpoint.